martes, 21 de junio de 2016

LA EDUCACIÓN EN VALORES A TRAVÉS DE LA OBRA DE
BOLÍVAR, MARTÍ Y CHÁVEZ.

El presente tema tiene como finalidad y justo motivo considerar los valores en su justo rol dentro del ámbito educacional. De esta manera, identificar el rol que cumplen en las prácticas diarias, a tal efecto invocaremos actores vinculados a él tema y que  podemos nombrar simple y llanamente qué a los más grandes pensadores de toda América latina como fueron y serán para la eternidad Bolívar, Martí y Chávez. Esta investigación nos permitirá tener otra perspectiva acerca de la importancia en el proceso de enseñanza y de aprendizaje en las prácticas pedagógicas futuras. El argumento surge por el rol que cumplen los valores que son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta. También involucran nuestros sentimientos, emociones, actitudes y conducta relacionados con la complejidad de la vida.
Esta tarea es mucho más amplia que lo meramente burocrático, es una tarea que consiste en procurar el buen uso de los valores para el aprendizaje. No obstante lo anteriormente mencionado, es necesario destacar la relevancia que tiene una buena promoción de manera colectiva y colaborativa. Es decir que provoquen cambios en los procesos educativos más internos o cualitativos, es necesario tener en cuenta que se ponen en juego procesos que abarcan a la institución toda, sin aislarla de su contexto.  La preocupación por la calidad en educación constituye una cuestión de máxima actualidad que comparten la mayoría de los países desarrollados. Sin embargo, la formación pedagógica del docente, aspecto clave para la calidad educativa, particularmente en la práctica no se aprecia ningún movimiento de cambio real. A pesar de ser un tema controvertido y de gran interés en estos momentos en la actualidad. 

Si bien éstos se sitúan en Nuestra América como un complejo entramado en el seno de las instituciones, podemos mencionar la defensa de intereses particulares, la falta de la comprensión de la innovación, el temor a lo desconocido, la desconfianza en las personas encargadas en la conducción de estos cambios, y las dificultades para reconocer cuáles son los beneficios, cuál será el verdadero impacto de esta innovación. No debemos dejar de mencionar, a riesgo de ser reiterativos, la importancia de la problemática de la implementación del uso de los valores en siglo XXI, se deben manejar estrategias en la información y la comunicación para que establezca un campo con aportes de ideas y experiencias vivenciales en el área. El ciudadano, por su parte está en la obligación de cómo desarrollar buenas prácticas donde el no solo sea un trasportador más.
Si no por el contrario y en ello estamos comenzando un nuevo tiempo en el proceso de cambio que se debe adoptar en lo referente a ser más humanos y así tener una conciencia para crecer con bondad, firmeza y ser íntegramente eficaz. Me pregunto ¿Se debe reflexionar sobre las posibilidades y limitaciones, sobre el presente y el futuro de los valores como material curricular en función de lo aprendido sobre su función, su valor y su uso en el pasado? La respuesta a esta interrogante determinara nuestra posición como docentes, mientras se pueda estimular la actitud y se anime a los alumnos a llevar una prospera solidaridad, colaboración y que se ayuden los unos a los otros, debemos desarrollar una serie de características del buen Ciudadano para que alcancemos un nivel de excelencia.
No hay desarrollo real, sin desarrollo cultural. Claro está, cuando un buen poblador aprende a pensar que debe rescatar del odioso y persistente olvido en que se encuentra sumergida la educación en Venezuela, puede hacer que la riqueza que nos permite perfilarnos como un humano más humano nos conduzca asumir nuestro rol de protagonistas en un mundo nuevo que está naciendo y que es necesario que así sea para que alcancemos un nivel de formación como una persona que ayuda a los pueblos a aprender una actividad y que hace que las cosas sean más fáciles. 
Hay que luchar para que se dé el cambio de cultura en nuestra República Bolivariana de Venezuela. Lo más importante en esta vida es lograr que los docentes, representantes, alumnos y pueblo en general entiendan el deber adecuado de la práctica en el uso de esta herramienta tan indispensable y valoren su verdadero propósito.
El Sistema Educativo debe posibilitar las condiciones y contextos para que estos cambios no sólo se realicen, sino además que se sostengan en el tiempo. Las familias, más allá de los cambios deben sostener la política educativa implementada en la supervisión y desarrollo de un proceso fuerte en promover y favorecer las acciones que se realicen a nivel institucional para generar los cambios con mayores niveles de autonomía. Entender los cambios institucionales como una búsqueda para el mejoramiento de las habilidades para mejorar. Supone un salto cualitativo respecto a la conveniencia de forjar en los niñas, niños y adolescentes la práctica cotidiana de los valores y hacer que no solamente hagan una mera copia de los demás, si no que tenemos que tener en cuenta que se entiende por el buen uso para favorecer buenas prácticas, entonces será conveniente ir construyendo una cultura institucional diferente.
Que promueva, la participación oportuna y eficaz de los miembros de las comunidades educativas como fuerzas de cambios y progresos potenciales. Abrir el debate alrededor del tema para saber si usamos o no el los buenos modales y porqué. Entonces hay que actuar como buenos docentes para frenar ese flagelo, desenmascararlo y expulsar a los que actúan de mala fe, es necesario atacar cada día a aquellos que meten en la conciencia de los ciudadanos el consumismo, como un reflejo de malas enseñanzas en que todavía estamos y que debemos derrotar para abrir una grieta al sistema de mala praxis de la educación en general que tiene acogotado al mundo entero y a nuestro país. La autocrítica debe ser el pan nuestro de cada día, aunque tiende a ser incómodo y rechazado por muchos niñas, niños, adolescentes y ciudadanos en general que no aceptan que los corrijan, es la diferencia entre un verdadero o falso poblador, porque de ahí parte que se cumplan los compromisos de poseer calidad humana, personalidad positiva, conocimientos de las técnicas de enseñanza y la actitud profesional.
Es necesario la continuidad, no olvidemos de dónde venimos, quienes somos y cuanto es imperativo que seamos leales, agradecidos con Dios, que ha puesto en nuestras manos la oportunidad de erradicar los males que a la población mantienen en penumbra. Conocer de que se compone una buena civilización, relacionarse con el coterráneo y promover el dialogo. Deben ser las características de un buen ciudadano que contribuirán definitivamente con una idea de corresponsabilidad en las prácticas cotidianas o cambios profundos en los modos de hacer y concebir el quehacer diario. Esta situación puede dar lugar a confusiones, momentos de incertidumbre o desaliento para los actores institucionales, entonces es necesario clarificar las ideas, las estrategias y las diferentes alternativas de acción posibles. Estos objetivos no podrán lograrse por medio de acciones aisladas ni poniendo el acento, solamente en los contenidos tradicionales, ya que toda experiencia dentro de la institución es formativa y debe ser un tema prioritario de la gestión educativa. En estos procesos no sólo se prescriben las acciones, también hay que considerar factores intangibles como: compromiso, iniciativa e implicación, sin los cuales las pautas preliminares sólo serán formulaciones vacías.
En años recientes, sobre todo en la educación venezolana la práctica en el uso de las buenas costumbres ha disminuido ya sea por el comportamiento del ser humano o por la gran desidia de los mismos pobladores al permitir que las habilidades que se deben practicar desaparezcan. Aunque el ideal es practicar estas habilidades y reflexionar sobre ellas. Es prudente que estas deben ser recordadas por los padres, madres, docentes, representantes o responsables. Tal vez sea útil al respecto recordar algunas de ellas. De hecho los ciudadanos desde el primer momento de uso de la razón deben interesarse y ejercitar normalmente el uso de las normas del buen ciudadano pero previamente hay que motivar y enlazar la atención del mismo. Los docentes en el aula de clase y los representantes en sus hogares deben promover una preocupación, una viabilidad para fijar la atención del uso de estos hábitos. Si no se integran, de verdad, caminan irremisiblemente a una catástrofe educacional, económica y social". La formación en el cambio de actitudes, y de estas en la conducta de los pueblos y los gobiernos puede ser algo imprescindible del tema, aunque siempre debe estar de alguna manera, relacionado con él. Es más, mucho más, que una simple investigación.
Si los demás entes no colaboran durante mucho tiempo, adormecerán la atención y la conducta, en el uso apropiado, equivoco y permanente del uso de los valores, en función de ese efecto. Hay que poner las plataformas psicológicas para que los pueblos que perduraran en el tiempo y por ende tendrá una tendencia de enriquecer al ser humano completen las acciones que establecen comunicación. Por supuesto hay quienes cuestionaran pero sencillamente lo mejor es ignorarlos y que no impidan el proceso de cambio de la cultura capitalista por una cultura revolucionaria.



Autor:
Prof. Luis Fuentes Santaella C.I.V: 5.571.864
Docente: Aldea las Adjuntas.
Misión Sucre
Municipio Carirubana
Correo electrónico:  luisfuentessantaella@gmail.com
Estado de procedencia: Falcón.


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