LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN Y
COMUNICACIONES EN LAS
ORGANIZACIONES SOCIALES.
Introducción.
La Tecnología de la Información y
Comunicaciones en Ambientes Educativos en las
organizaciones Sociales, vienen siendo parte de la educación permanente, se desarrolla a través de una praxis fundamentada
en los principios de socialización, interiorización, exteriorización, combinación, su
proceso, al estar orientado con características de catalizador, permite
incrementar el pensamiento, la calidad de vida y la creatividad del
participante, con el propósito de proporcionarle una oportunidad para que el
individuo dentro de las organizaciones logre su autorrealización. “El impacto de las TIC en las
organizaciones permite la adquisición, producción, almacenamiento, tratamiento,
comunicación, registro y presentación de información, en forma de voz, imágenes
y datos. FUNDESCO, 1986”. En la aplicación de la ingeniería se dice que el
tratamiento es automático. Las TIC´s permiten actuar sobre la información, la
cual podemos transformarla, difundirla y comunicarla a través de muchos medios.
En la actualidad: desarrollo de programas dirigidos a la pedagogía y a lo
didáctico, orientándose a las necesidades curriculares. A través de las
telecomunicaciones y WWW, se implementan las prácticas de educación a
distancia.
1. Incorporación de las TIC en
las organizaciones Sociales.
El proceso y transmisión de la
información abarca todo tipo de información: textual, imagen, sonido y
multimedia videos por lo que los avances han ido encaminados a conseguir
transmisiones multimedia de gran calidad. El uso de diferentes aplicaciones de
la interconexión hace referencia a las TIC´s y presentan una influencia la
creación de nuevas posibilidades sobre los procesos mentales. Por ejemplo, adquisición
de conocimientos, el papel activo de cada sujeto para las tecnologías de
comunicación, la selección, análisis y tratamiento propiciando con ello nueva información.
Recursos como el correo electrónico,
Mediante las TIC´s se consigue un
intercambio de conocimientos. En líneas generales podemos decir que las TIC´s en
las organizaciones son básicamente las necesidades y características de los
sujetos y han posibilitado el uso de servicios que permiten la comunicación y
transmisión rápida de la información, entre lugares alejados físicamente. El impacto no se refleja solo en un individuo,
grupo, o todos los ámbitos sociales, sector o país, estos cambios no siempre
indican un rechazo a las tecnologías anteriores, sino todo lo contrario el
incremento de la información favorece el trabajo y establece un ritmo
colaborativo y el individualizado. Favoreciendo un potencial ahorro en costos en actividades de
desplazamiento, colaborativas y cooperativas.
2.
Sugerencias:
2.1. Democratizar
el acceso a las TIC´s a todos los ciudadanos.
2.2. Que
las empresas y los profesionales tengan acceso a nuevas oportunidades de
negocio y nuevos empleos.
2.3. Que
los niños, jóvenes y adultos tengan acceso al
conocimiento de forma entretenida.
2.4. Proveer
el acceso oportuno a información relevante para una actividad productiva y social
dentro de una comunidad.
2.5. Acercar
al ciudadano común a todas las instancias del gobierno gracias a la gestión vía
electrónica servicios. Son alternativa de acceso compartida a la comunicación y servicios de información, sobre todo en
áreas rurales.
2.6. Tener
como objetivo que las personas de diferentes localidades usen las TIC´s, y que
gestionen empresas de servicios.
3.
Usos y retos de las TIC¨´s en las Organizaciones
Sociales.
jaume albaigès
1 En los últimos años, a medida que las organizaciones sociales se han ido profesionalizando,
su influencia y su impacto han experimentado un crecimiento significativo. Esto
se está produciendo en un contexto social donde las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) son las protagonistas omnipresentes en el
ámbito laboral, en las formas relacionales, en el ocio y el entretenimiento,
etc. en este entorno, la sociedad alerta sobre los riesgos de la exclusión
digital de ciertos colectivos y las entidades la intentan combatir con
resultados bastante positivos. Pero, a pesar de todo, estas mismas entidades no
consiguen, estratégicamente hablando, la solvencia tecnológica que les
permitiría aprovechar las oportunidades generadas por las TIC. Formación y
conocimientos insuficientes y recursos económicos escasos se presentan como los
obstáculos principales en la incorporación de las TIC en la estrategia de las
organizaciones.
“Os explicaré una historia...
Erase una vez una entidad que se dedicaba a promover la inserción laboral
de personas en riesgo de exclusión social.
La entidad disponía de un centro de atención a sus usuarios en el cual
les ofrecía toda una serie de servicios: la confección de su currículum,
talleres de formación, una bolsa de trabajo y otras acciones de apoyo a su
proceso de promoción personal y de inserción laboral. La organización ya hacía
unos años que hacía esta tarea y la hacía bien. Tanto es así que contaba con
apoyos consolidados de diferentes instituciones que aportaban la financiación
necesaria para desarrollar su actividad, ya que a los usuarios no se les pedía
ninguna contribución económica por los servicios recibidos. En reciprocidad por
su apoyo, las instituciones financiadoras pedían una serie de datos
estadísticos a la entidad por tal de conocer el impacto que los fondos
entregados tenían en el tejido social del territorio. Calcular los datos
suponía la necesidad de reseguir el registro de actividades del trimestre y
dibujar cuantitativa y cualitativamente el perfil del usuario atendido. Como la
cantidad de personas que llegaba a pasar por las manos de los educadores e
insertores era realmente elevada, se llegaba a dar el caso de que el centro de
atención a los usuarios dejaba de funcionar durante los dos o tres días que los
trabajadores necesitaban para procesar toda la información. Un voluntario
sugirió la posibilidad de crear una herramienta informática que, por una parte,
agilizara el procedimiento de recogida de información del usuario que se
acercaba al centro y, por otra parte, facilitara la elaboración de las estadísticas
que pedían los financiadores. Las primeras respuestas de los gestores de la
entidad no fueron demasiados entusiastas: gastar dinero para una aplicación
cuando existían tantas otras necesidades por atender entre sus beneficiarios...
pero, finalmente, se consiguió que unos estudiantes de informática la
elaborasen durante sus prácticas formativas. Unos meses más tarde, la
herramienta ya era una realidad. Después de la correspondiente formación de las
personas que debían utilizarla, la aplicación comenzó a mostrar sus ventajas: sólo hacía falta pedir
los datos del usuario en su primera visita. En las posteriores, bastaba con
buscar su ficha en el ordenador, ficha que se actualizaba con un par de clics y
cuatro rallas. Y a la hora de hacer las estadísticas, el programa les servía
casi a voluntad. Por lo tanto, los insertores no tenían que interrumpir su
actividad natural para dedicarse a pesadas tareas administrativas. Pero, un par
de años más tarde, el antiguo voluntario, que hacía tiempo que había dejado de
colaborar con la entidad, pasó por el centro y tuvo interés en saber cómo
funcionaba la herramienta que en su momento había sugerido. Cuál no fue su
sorpresa cuando los educadores que encontró le explicaron que unos no la usaban
y otros sólo la usaban parcialmente, ya fuera porque ¡no acababan de entender
su funcionamiento o bien porque consideraban que no se adecuaba a las
necesidades de su tarea! la herramienta, aunque presente, había perdido
protagonismo en el seno de la entidad y entre sus usuarios...”
4.
Situación actual de las TIC en las
organizaciones sociales.
Confío en que los lectores sabrán perdonar esta larga introducción. Pero,
diríamos, que, por tal de explicar cuál
es la realidad en la aplicación de las tecnologías de la información y
la comunicación (TIC) en las organizaciones sociales (OS), más que formular
grandes teorías abstractas, lo mejor es utilizar un ejemplo con el que todo el
mundo pueda encontrar algún punto de identificación o alguna sensación de déjà vu. Lisa y llanamente, pese a la
importante profesionalización del tercer sector, destino de muchos titulados de
la educación social, las tic no han experimentado, en el seno de las OS, la
evolución que les atañería. Y esto es
así tanto si las situamos en el contexto de crecimiento del sector, como
si lo hacemos en el marco de la sociedad de la información en la cual estamos
inmersos. Pero hay algunos indicadores y aspectos positivos: las OS gozan de un
elevado nivel de tecnificación en cuanto a infraestructuras: la práctica
totalidad disponen de ordenadores, de web, de conexión de banda ancha a
internet y, significativamente, lideran la lucha contra la grieta digital. En
este último apartado es significativo destacar la gran cantidad de aulas e
iniciativas concretas de formación, a menudo muy innovadoras, que muchas
entidades ofrecen a sus usuarios y territorios. Esto nos dice que,
afortunadamente, ya quedan lejos aquellos tiempos en los que los profesionales
del ámbito social se horrorizaban tan sólo con oír hablar de informática y de
ordenadores, contraponiendo la visión de las personas a la visión de las
máquinas. Pero, paradójicamente, la evolución y las buenas acciones en algunos
campos no se han acabado de traducir en unas organizaciones potentes
tecnológicamente hablando. Y es que las tic pueden y deberían tener un impacto
elevado en la actividad de las OS, pero sólo lo harán en la medida en que se
integren de verdad en su planificación estratégica. Las TIC, pues, han de ser
un factor transversal que contribuya a un mayor y mejor cumplimiento de la
misión de cada organización. Un factor transversal cuando hablamos de
transversalidad, queremos decir que las TIC pueden estar presentes en todos los
ámbitos de trabajo de la entidad, que podríamos agrupar en seis grandes áreas:
- Proyectos relacionados con los objetivos de la
organización.
- Comunicación y captación de recursos.
- Sensibilización e incidencia política.
- Fomento de la participación.
- Transparencia y rendición de cuentas.
- Gestión interna.
Como ya hemos destacado, en el primero de estos ámbitos es donde mejor se están
haciendo las cosas, pero en los demás todavía hay muchas oportunidades de
crecimiento. Si tenemos presente que esta apuesta transversal por las TIC
supone, en definitiva, más impacto en la consecución de los propios objetivos,
más difusión de la propia actividad y la obtención de más recursos, no debería
haber ninguna razón para no hacerlas mucho más presentes de lo que lo son
actualmente. Se trata, en el fondo, de una cuestión de responsabilidad más aún
que de necesidad. Sería interesante, pues, echar un vistazo a las dificultades
con que se encuentran las OS en este camino de crecimiento en materia de TIC y
que impiden su plena adopción. Obstáculos en la penetración de las TIC los
obstáculos que dificultan una mayor penetración de las TIC en las OS se
manifiestan alrededor de dos grandes áreas:
- Conocimiento y formación.
- Recursos económicos.
Intentaremos profundizar en las dos y apuntar algunas líneas de
intervención que ayuden a reducir o eliminar su impacto. Conocimiento y
formación con más conocimiento en materia de TIC, los gestores y los
trabajadores de las OS podrían tomar más decisiones orientadas a aprovecharlas.
Y, al mismo tiempo, una mayor formación permitiría un uso significativamente
más eficaz y eficiente de las diversas herramientas y recursos TIC que las OS y
sus profesionales tienen al alcance. En este proceso las entidades y sus
miembros deberían tener presentes actitudes como la pasión por el aprendizaje,
la voluntad de autosuficiencia tecnológica, la superación del “siempre lo hemos
hecho así” y la apuesta por el conocimiento distribuido y compartido. Todo el
conjunto debería apuntar al objetivo de conformar, más que personas,
organizaciones que aprenden. Al mismo tiempo, las OS deberían ser conscientes
de la necesidad de disponer de personas expertas en tecnología en su entorno. Algunas entidades se podrán permitir
su incorporación permanente o la contratación temporal de sus servicios. Otras
se basarán en la colaboración de voluntarios o buscarán una relación de
partenariado con alguna empresa del sector. Pero, de una manera u otra, el
tecnólogo ha de figurar en el universo de la organización de la misma manera
que lo hacen juristas, asesores fiscales y otros profesionales diversos. Recursos
económicos por otra parte, los directivos de las OS son reticentes a asignar
fondos al área TIC, aduciendo la necesidad de priorizar los proyectos
misionales en un contexto habitual de escasez de recursos. Una lectura en clave
de inversión y no de gastos facilitaría la incorporación de herramientas TIC,
que en buena parte de los casos quedarían plenamente justificadas por los
beneficios que aportarían. De todas maneras, igual que en la captación de
conocimiento, las OS también pueden utilizar estrategias específicas en la
captación y asignación de recursos para la ejecución de proyectos TIC, más allá
de la inversión directa de recursos propios, que siempre es una opción. Una vez
más, hay que tener presente el rol que el voluntariado puede ejercer, pero también
la disponibilidad de herramientas y bases de programación de código abierto
disponibles libremente en internet, los nuevos paradigmas de desarrollo en
entorno web que permiten la creación de aplicaciones mucho más afinadas y en
constante evolución con menos inversión, la posibilidad de construir
herramientas de forma colectiva y compartida con otras entidades, etc. Una
propuesta metodológica es posible que, a pesar de la voluntad de hacerlo,
algunas entidades aún no tengan del todo claro por dónde empezar el proceso de
adopción estratégica de las TIC. Sugerimos, a continuación, las etapas y
acciones que podrían conformar un proceso de estas características:
Antes de empezar:
1.
Cambiar la mentalidad. Apostar por
las TIC no quiere decir tener ordenadores y conexión a internet, sino incluir
la tecnología en la estrategia general de la organización. Las TIC han de tener
un lugar establecido en el organigrama funcional de la entidad. En definitiva,
alguien que se haga responsable.
Fase de diagnóstico:
2. Auditar internamente con los conocimientos y recursos disponibles,
intentar averiguar en qué áreas, procesos, proyectos o actividades las TIC
podrían ayudar más. Este ejercicio hace aprender a pensar en clave de TIC
cuando no se está acostumbrado y preparar el terreno para futuras
intervenciones externas. En este punto existen dos líneas complementarias de
actuación, que se podrían resumir en “escuchar y mirar”: la entrevista
individual (o por grupos de trabajo) que da información de las necesidades y
propuestas de las personas vinculadas, y la supervisión directa de los procesos
y dinámicas de trabajo.
3. Hablar con otras entidades. Conocer la experiencia y las buenas
prácticas de entidades afines por estructura, dimensión o área de actividad. Investigar
también las experiencias fallidas para no repetir errores.
4. Contrastar con especialistas la información recogida. Pedir a personas
del ámbito TIC que valoren y complementen los datos obtenidos en los pasos
anteriores.
Fase de diseño y ejecución:
5. Definir un plan de acción en materia de TIC que recoja todas las
intervenciones necesarias detectadas en la fase de diagnóstico. De entrada, en
este punto, más vale ser ambiciosos; ya habrá tiempo de recortar.
6. Priorizar y programar las acciones que hay que llevar a cabo. La
actividad de la entidad no se ha de paralizar por la implementación de esta
estrategia. Tampoco se ha de quedar sin recursos económicos para afrontar otros
temas ni provocar cambios culturales tan grandes que las personas no puedan
asumirlos. Luego, hace falta valorar adecuadamente de qué se es capaz
(técnicamente, económicamente y humanamente) y, sin dormirse, ir dando pasos. Puede
ser útil escoger algunas primeras medidas
que puedan aportar grandes beneficios con costes relativamente bajos, por
tal de que se vean las bondades de los cambios y se colabore activamente.
7. Formar, formar y formar. Ninguna inversión en TIC (y en tantas otras
cosas) tiene sentido si no se dota la gente de las capacidades de uso
adecuadas. Por lo tanto, hace falta proponer la formación pertinente a los
usuarios de las herramientas. En el mundo de la formación también hay de todo
y, por desgracia, a menudo, demasiadas cosas de poca calidad; así que
dediquémosle los esfuerzos necesarios para garantizar que se cumplen los
objetivos.
Fase de seguimiento:
8. Evaluar los resultados de las medidas aplicadas. Si puede ser con
indicadores numéricos, mejor (horas ahorradas, personas atendidas, etc.). Esto
también ayudará a hacer que haya más implicación de todo el mundo, porque permitirá
hacer tangibles los resultados.
9. Mantener y supervisar. Las TIC necesitan una atención continuada, como
cualquier otra área de apoyo organizativo. Las herramientas se han de ir
renovando, los procesos y las actividades cambian, se abren nuevos campos de
trabajo... hace falta que la entidad tenga a alguien (dentro, fuera o en medio)
que haga un seguimiento de la estrategia TIC y esté atento a las incidencias y
a las posibilidades de mejora. En este sentido, merece la pena establecer un
canal claro por el cual todos los grupos involucrados (profesionales,
voluntariado, personas asociadas, etc.) puedan hacer llegar sus sugerencias de
mejora en materia de TIC. Terminemos la historia... a lo largo del artículo
hemos procurado ir proponiendo una línea de trabajo en materia de TIC para las OS.
La adopción de estas propuestas debería conducir a la superación de los
diferentes escenarios descritos en la narración inicial. Allí dónde la ausencia
de tecnología obligaba a invertir mucho más tiempo en la recopilación de
información, podría haber más tiempo de calidad para los beneficiarios. Allí
dónde era necesario parar la actividad para hacer números, podría haber más
tiempo para los educadores para dar atención a las personas, que es lo que
saben, quieren y han de hacer. Allí dónde los gastos daban miedo,
encontraríamos un ahorro en forma de horas de profesionales aprovechadas para
el desempeño de la misión de la entidad y no dedicadas a hacer tareas sin valor
añadido. Y allí dónde la no supervisión y puesta al día de una primera buena
iniciativa había provocado pérdida de
conocimiento en un traspaso mal hecho, encontraríamos herramientas
documentadas y progresivamente adaptadas a los nuevos retos y demandas de la
actividad de la entidad. Es necesario, pues, por interés y por convicción, que
todas las os que trabajan para construir un mundo más justo hagan de forma
clara y definitiva una apuesta por un uso estratégico y transversal de las TIC.
Sin duda, obtendrán grandes beneficios y verán cómo les ayuda a lograr con más
fuerza sus respectivos objetivos.
Si es de vuestro interés profundizar en estas cuestiones, os sugerimos la
lectura de la publicación que con un título similar al que encabeza este
artículo encontraréis disponible en la web del observatorio del tercer sector (www.observatoriotercersector.net).